(lat. Ambulatorium). El deambulatorio, en el sentido actual cultual del término, se asocia con el ambulacro que rodeaba al altar por su parte posterior en la arquitectura Románica, dando lugar posteriormente a la girola a partir del Gótico.
Sin embargo, estos ambulacros tienen su origen en la arquitectura paleocristiana, con la monumentalización del culto a los mártires mediante la erección de grandes basílicas sobre sus lugares de sepelio, que solía coincidir además, frecuentemente, con el de su propio martirio. Estos grandes edificios, que solían adoptar el esquema basilical de tres o más naves, disponían, generalmente, de una cabecera compleja, que se articulaba en torno al sepulcro del mártir, alrededor del cual se disponían estructuras arquitectónicas que permitían la circulación de los fieles para una mejor contemplación del monumento funerario martirial o "memoriam", donde se encontraba depositado el Cuerpo Santo.
Para no interrumpir las funciones del culto ordinario, estos deambulatorios, frecuentemente, quedaron bajo el pleno del presbiterio de las basílicas, que vio sobreelevada así toda su estructura, o bien solamente el espacio cultual inmediato al altar, a fin de dejar despejado el espacio destinado a la circulación del clero celebrante.
De este modo, el deambulatorio se constituye en elemento fundamental de articulación de las primitivas criptas martiriales, disponiéndose en sus muros las "fenestrellas", ventanitas que permitían la contemplación por los fieles del sepulcro martirial situado en la cámara central.
En el Reino de Asturias consta, de momento, la existencia probable de una cripta, de tipología paleocristiana bastante arcaica, bajo el actual templo de San Pelayo en el monasterio homónimo, que se correspondería con la primitiva basílica de San Juan Bautista, que consta que antecedió a la actual iglesia en este lugar.
El dintel es un elemento sustentante, conformado por un único bloque, o varias dovelas (talladas en cuña), de piedra o ladrillo, dispuesto horizontalmente, sobre un vano, coronando el mismo, y recibiendo el muro. El remate de los edificios a base de piezas rectilíneas (arquitectura arquitrabada), es el más primitivo que existe, y es eficaz mientras sobre los arquitrabes no se sitúen muros altos y pesados, que producirían fuertes presiones sobre la pieza, limitando la amplitud de los vanos por riesgo de rotura. Para evitar este problema, en la arquitectura asturiana se recurrió a arcos de descarga, dispuestos sobre los dinteles de puertas y ventanas.
(Fr. douvelle) La dovela es cada una de las piezas de piedra tallada en forma de cuña que, aparejadas conjuntamente de forma yuxtapuesta conforman un arco o una bóveda. La dovela, como bloque prismático cúbico tiene seis caras: dos verticales, o cabezas; dos laterales, o lechos; la superior, que formaría el plano superior del arco, se denomina extradós, y la inferior, visible al pasar bajo el arco, intradós.
Las dovelas de un arco han de ser siempre en número impar de piezas. A la pieza central se la denomina clave, y contraclaves a las situadas inmediatas a ambos lados de la misma; a las dos primeras piezas del arco, situadas inmediatamente sobre las jambas laterales del vano, o capitel o cimacio del pilar o columna, se las denomina salmeres.