Reseña histórico-artística del Oviedo Altomedieval

Etapa de Alfonso II, la «Civitas Episcopal»

Tras el asesinato de Fruela I, sus sucesores pierden el interés por el naciente enclave, volviendo en principio a la antigua "capital" de Cangas de Onís, desplazándose luego en función de sus propios intereses raíces, primero al valle del alto Nalón (Aurelio I), y posteriormente al enclave costero de Pravia (Silo). A la muerte de Silo, casado a la sazón con Adosinda, hermana de Fruela I, ésta, en unión de sus parciales, nombran rey a Alfonso II (hijo de Fruela I y de la alavesa Munia), y sobrino suyo. Éste, desplazado de Asturias por su tío Mauregato, que se apodera tiránicamente del trono, se ve imposibilitado, momentáneamente, de continuar la obra de su padre. En 789, a la muerte de Mauregato, será Bermudo, nieto de Pedro de Cantabria, quien ocupe el trono. Sin embargo, éste se ve obligado a abdicar, tras una estrepitosa derrota frente a los musulmanes a orillas del río Burbia, en 791.

Con el regreso al trono de Alfonso II, éste, según demuestran los hechos, retoma el proyecto de su padre relativo a la creación de una sede episcopal en Oviedo. A tales efectos, entre los años 791 y 812, restaura la basílica del Salvador, construida por su padre, acrecentándola, y añadiéndole por el norte una segunda basílica, dedicada a Santa María, y por el sur, una iglesia martirial, consagrada a San Tirso. Estos tres edificios se organizan en iglesia catedral, con diferentes funciones litúrgicas, perteneciendo al modelo conocido como "Catedral doble", o "Grupo catedralicio", por organizarse en dos o más iglesias. La fecha del establecimiento del obispado en Oviedo es discutida. Sabemos, por noticia contenida en el Libro de Regla del Cabildo de Oviedo (Kalendas I), que la iglesia principal se dedicó, solemnemente, por la fórmula de la Consacratio un 13 de octubre. El Liber Ordinum Episcopalis establece la recomendación de que la dedicación la realice un obispo, aunque admite la posibilidad de que la lleve a cabo un sacerdote, pero siempre por delegación episcopal. Tampoco parece casual que el domingo 6 de agosto de 808, festividad de la Transfiguración del Señor, que es la de la advocación de la iglesia, Alfonso II donara, probablemente, al templo la famosa Cruz de los Ángeles. El conjunto religioso, con sus edificios de servicio para la vida comunitaria, dotados de abastecimiento de agua, y rodeados por un muro, fueron donados a la Catedral del Salvador y a su obispo Adaulfo, por Alfonso II en el año 812, estableciéndose así la primera organización urbana de Oviedo: la Civitas Espiscopal.

Además, el rey construyó para sí una villa suburbana (donde residiría, con total seguridad, a partir de 812), al nordeste de Oviedo, que comprendía sus palacios, los baños de Foncalada, además de un monasterio y la iglesia de los santos Julián y Basilisa.

En el año 2010 se ha producido, felizmente, la edición, por parte del Gobierno del Principado de Asturias y la Gran Enciclopedia Asturiana, de la conocida como "Biblia de Danila" (Codex Biblicus Cavensis, Ms. 1 de la abadía de la Santísima Trinidad de Cava dei Tirreni), que la crítica acual, mayoritariamente, identifica con el "librum bibliotheca" mencionado en el Testamentum de 812 (de donación de los templos, atrio, y demás dependencias eclesiásticas), a la Catedral de San Salvador y a su obispo Adaulfo, lo que viene a confirmar, a nuestro juicio, la inequívoca existencia del episcopado de Oviedo en esta fecha: de 812 datan tanto la biblia donada, elaborada para dicha solemnidad, como el documento de donación, al respecto del cual, al cuestionarse su datación, que la crítica proponía como tardía, se cuestionaba al tiempo la antigüedad de la sede episcopal. Las características presentes en la Biblia de Danila: su rígido aniconismo (manteniendo la vigencia del canon dispuesto al efecto por el Concilio de Elvira, en 306, en la línea de las tendencias anicónicas presentes en las ediciones bíblicas visigóticas); las notables semejanzas con las biblias elaboradas en aquellos mismos días por Teodulfo de Orleáns en el scriptorium de Micy, poco posteriores a las supervisadas por Alcuino de York en el de Tours; influencia en ambos grupos de los más antiguos textos bíblicos ibéricos (Vetus Hispana), en especial de Isidoro de Sevilla y Braulio de Zaragoza; semejanzas textuales: la inclusión en ambos grupos del Libro de Baruch, como suplemento del Libro de Jeremías, los añadidos al Libro de Samuel. Jueces y Eclesiástico; las semejanzas formales: uso de idénticos títulos hebreos de los libros de Antiguo Testamento, y así un largo etcétera...

Así pues, Biblia de Danila y Testamentum de 812 se elaboraron ambos en el scriptorium ovetense, formando parte de la misma iniciativa. Esta feliz identificación, debería servir para poner fin tanto al debate historiográfico acerca de la datación del Testamentum de 812 y consiguiente carácter tardío de la sede episcopal de Oviedo, como para enterrar definitivamente las corrientes historiográficas que interpretaban Oviedo en clave personalista como una especie de "creación romántica" de una dinastía, para "honrar la memoria" tanto del monarca fundador (Alfonso II, sepultando bajo la mística aureola de éste la memoria del nefando Fruela I), en una interpretación retorcida de la retórica cronística contemporánea a dichas fundaciones, dejando por fin el camino libre a la visión del verdadero carácter de la urbe y metrópoli ovetense: lejos de ser el icono preciosista de una monarquía "quasi-romántica", Oviedo se configura como la sede religiosa, política y administrativa de un Estado, que aspira a restaurar la legitimidad política y religiosa en Hispania. Y esto surge bajo el reinado de Alfonso II, con proyecto de Fruela I, y es aprovechado después por el círculo cortesano de Alfonso III que elabora las Crónicas. Y este aparato estatal, religioso y administrativo, precisa de una sede episcopal, con su correspondiente iglesia catedral -organizada según las pautas de la Catedral Doble según trataremos de desarrollar aquí-, y no de un conjunto de iglesias para la memoria de un Rey, como alguien, en un ejercicio de fantasía romántica y estéril, ha escrito recientemente.

«Civitas Episcopal». Reinado de Alfonso II. Seleccione un monumento en el plano para acceder a su ficha. Muralla Ramal de la Calzada Mayor Calzada Mayor Calzada Mayor Vía del Signum Salutis Rúa de Barredo Via del Portal Vía del Baptisterio "Ripa Antiqua" Vía de la Noceda Basílica de San Tirso Monasterio del Rey Iglesia de San Salvador Dependencias Catedralicias Basílica de Santa María Monasterio de San Juan Bautista Monasterio de San Vicente