Basílica de San Tirso

Interpretación arqueológica y arqueométrica del edificio actual

El antiguo párroco de San Tirso, D. Feliciano Redondo Cadenas, realizó exploraciones arqueológicas en el interior del santuario actual, que sirvieron para determinar la probabilidad de que la cota del ábside altomedieval, se situase a 1 m de la rasante actual del mismo, que viene a coincidir con el nivel del pavimento exterior actual.

En dichas exploraciones, a partir del nivel del plano actual del presbiterio, se obtuvo la siguiente estratigrafía:

En total, 1 m de potencia hasta el nivel de la roca base.

Dichos resultados fueron ratificados, al exterior de la iglesia (calle de Santa Ana), ante el ábside, en la década de los años 90 del pasado siglo XX, por las excavaciones de Antonio Maradona y Leonardo. Faedo, que determinaron igualmente una estratigrafía de 3 niveles, el superior, de unos 50 cm de potencia, correspondiente a un pavimento moderno; y los dos inferiores, cuya potencia conjunta era de unos 43 cm, identificables con el cementerio medieval del atrio catedralicio. La potencia total hasta la roca base coincide con la de la excavación practicada por el interior, lo que se confirma, además, por la construcción sobre dicho nivel de roca, de una alcantarilla del s. XVIII, para cuyo asentamiento fue necesario disponer una capa de lajas de piedra, para regularizar dicho nivel de roca base.

La importancia de estas exploraciones estriba en la determinación del carácter único del santuario de la iglesia, desmintiendo su adscripción al tipo de triple ábside, y anulando la posibilidad de que la ventana conservada pueda corresponderse con el hueco abierto en la denominada "cámara secreta", sobre el ábside central de dichas iglesias de santuario tripartito. En realidad, la ventana, que hoy contemplamos cegada, constituía el hueco de iluminación del santuario primitivo.

En la nave lateral N actual -hacia su mitad E-, se conservan indicios arqueológicos, en forma de huella de muros, de una dependencia, de idénticas dimensiones a las del ábside primitivo cuyo muro testero se conserva en el extremo E del conjunto.

Evolución histórico-arqueológica del lateral N de San Tirso. Evolución histórico-arqueológica del lateral N de San Tirso.

Dichos indicios consisten en sendos cortes verticales en el muro actual (ver imagen), que muestran ser la regularización, a base de mampostería concertada, de la demolición de muros anteriores. El primero de dichos cortes, desde el E se sitúa a una distancia de unos 6 m del plano del testero (muro «ab»), con un anchura de unos 0.6 m (característica de los muros de época altomedieval), y una altura conservada de unos 3 m. El segundo, se sitúa unos 4.8 m a O del anterior (muro «b'a'»), con análoga anchura, y presenta la particularidad de mostrar, por su interior, la huella del relleno de una cubierta (corte «d»), en forma de frontón de tejado.

La interpretación de estos restos determina una habitacón cuadrangular, de dimensiones análogas a las del ábside primitivo (unos 5 x 5 m), y que adosaba, como el santuario, al cuerpo central del edificio, determinando por tanto un edificio de cuerpo central, con habitáculos adosados por sus cuatro caras, con el ábside al E, la mencionada habitación al N, una estructura turriforme al S, y un presumible porche de entrada en su lado O.

Dicho habitáculo fue reutilizado, durante la baja Edad Media, con fines funerarios, sirviendo como enterramiento de la familia Oviedo-Portal, pasando posteriormente su uso a la casa de Quirós, cuyos primitivos palacios se situaban en la antigua Rúa del Portal (actual plaza de Alfonso II), frente a dicha capilla. El sepulcro, originario del s. XIV, corresponde a Iohan Ferrándiz -identificable con el Iohán Ferrándiz de Oviedo que aparece citado en diversos documentos de la época-, es visible desde el interior de la iglesia, presentando huellas de haberlo sido, igualmente, por el exterior de la misma («c»).

El principal indicio que pone en relación la coetaneidad de la torre anexa por el S al edificio actual, es su exacta correspondencia en planta con la probable habitación, situada en el lado N, que acabamos de analizar.

Evolución histórico-arqueológica del lateral S de San Tirso. Evolución histórico-arqueológica del lateral S de San Tirso.

El antiguo párroco de San Tirso, D. Feliciano Redondo Cadenas, interpretó tal edificio como torre defensiva, asociándolo con la fortaleza construida por Alfonso III como defensa inmediata del tesoro de San Salvador, situado previsiblemente en la Cámara Santa. Para ello realizó el análisis murario de la misma, identificando tres zonas, correspondientes con otras tantas épocas constructivas identificables en la estructura (ver imagen):

Sin perjuicio de la consideración altomedieval de este edificio, su función defensiva es difícilmente defendible, debido al escaso grosor de sus muros, de 0.8 m como máximo, y a la presencia, mucho más cerca de la Cámara Santa, de otro edificio altomedieval de indudable carácter defensivo: la conocida como "torre vieja" de San Salvador.

Debido a la segura presencia en época altomedieval, de establecimientos monásticos inmediatos a la iglesia por su lado S, cabe postular, para esta torre, su pertenencia a una edificación a la que adosaba por sus lados S y E, quedando englobada en ella, con la probable función -como atestigua la puerta alta situada en su paramento S-, de distribuidor (o caja de escaleras), de la mencionada edificación.

Además, esta iglesia aparece nombrada en una donación regia del año 896, de Alfonso III a la catedral, como "nuestra capilla", lo que la asociaría con uno de los numerosos monasterios de particulares situados en el atrio de San Salvador, en este caso de titularidad real. La mencionada torre constituiría, por tanto, el único vestigio conservado de dicha edificación monástica.