En el recinto cercado de la nueva ciudad, en contraposición con la primitiva, o "Civitas Episcopal", así definido, se abrieron varias nuevas puertas, conservándose de las antiguas únicamente la de la Noceda, identificables, al igual que las que se abrían en el antiguo muro, a través de las referencias documentales:
La puerta conocida en la Baja Edad Media como "puerta de Santa María del Campo", se abrió en la intersección de la vía de acceso de la antigua "Puerta Rutilante" con la nueva muralla, situada al O de la misma. Tenía salida a la actual calle de San Francisco.
Junto al lugar conocido en la Edad Media como Cadafalso, se abrió otra puerta, para, a través de la calle llamada Brotería, llegar al Mercado situado en Cimadevilla, extramuros en época de Alfonso II, pero integrado en la ciudad por la nueva muralla en la de Alfonso III.
En el lado S, sobre la vía romana tantas veces mencionada, que bordeaba la colina Ouetdao, se levantó en la nueva muralla la puerta y torre de Cimadevilla. Esta puerta, de jurisdicción regia, marcaba el inicio del barrio comercial de la ciudad, donde se fueron asentando numerosos artesanos y comerciantes, beneficiados por las prerrogativas regias, lo cual influyó en la denominación de las vías: "Rúa Francisca", o "Rúa de las tyendas", para referirse a la arteria que, desde Cimadevilla discurría hasta el palacio real, continuando por la zona entre éste y el alcázar, conocida como "Socastiello" en la Edad Media.
Descendiendo desde la antigua puerta del extremo S de la civitas, hacia la calzada que llevaba a Siero, se dispuso en la muralla la conocida en la documentación medieval como como "puerta de la Viña".
Recorriendo el muro del Paraíso, hacia la calzada mayor que discurría por el lado N de la "cívitas", llegaríamos, en el borde NE de la muralla, a la Puerta de la Noceda, la única de la primitiva muralla que pudo conservar su funcionalidad en la nueva, al coincidir sobre ella ambas ubicaciones.
Siguiendo el trazado de la calzada mayor hacia el O encontramos la "puerta de la Gascona", situada al NO del primitivo recinto, seguida de la calle homónima, que llevaba a la antigua puerta de Santa María, y ante la vía del pórtico del palacio real.
Por último, continuando hacia el O, bajo el castillo, se encontraba la llamada "puerta de Socastiello", que cumplía desde el N idéntica función que la de Cimadevilla en el lado S: dar tránsito al tráfico discurrente por la nueva arteria comercial, de carácter civil, de la ciudad. El eje viario entre estas dos puertas posibilita realmente el nacimiento de una ciudad civil, fuera del control episcopal que caracterizaría todas las actividades desarrolladas dentro y en el entorno inmediato de San Salvador.