Santa María de Naranco

Arqueología

El lugar donde se eleva el edificio conocido como Santa María de Naranco, pertenece a un ámbito de propiedades bien determinado a mediados del s. IX, como un conjunto de villas ligadas a posesores con nombre romano. Así, en el contorno del dominio regio de Santa María, que cabe identificar con una de las mencionadas propiedades, la villa de Linio, aparecen otras, nombradas como lindes de la anterior, y citadas en la carta de confirmación por Alfonso III en 905 de otra donación anterior, de su padre Ordoño I, en 857. Así la citada villa de Linio, propiedad donde Ramiro I había edificado la iglesia de San Miguel y, ya en el ámbito del conjunto edilicio de su palacio, el altar o ara de Santa María –sin duda en el edificio más noble del conjunto-, lindaba por occidente con el arroyo Araniano, por el Sur y por el Este con las propiedades de Constante y Suego, y por el Norte con el propio monte Naranco, hasta las brañas del mismo.

Por otra parte, el propio ara de Santa María nos señala la profusión edilicia de la localidad (lo que no indica necesariamente que el lugar exacto donde se levantó el edificio estuviera ocupado por otro anterior), al señalar que Ramiro había restaurado aquella morada “consumida por mucha antigüedad”.

Estructura turriforme enterrada al SE. de Santa María de Naranco. Vista lateral desde el S. Estructura turriforme enterrada al SE. de Santa María de Naranco. Vista frontal hacia el O. Monte Naranco. Villa de Linio. Planta hipotética del conjunto edilicio de Ramiro I (842-850) Monte Naranco. Villa de Linio. Ruinas de probables edificios del conjunto edilicio de Ramiro I. Archivo Municipal de Oviedo. Colección Armán

Cita Ambrosio de Morales en su “Viage Santo”, siguiendo los testimonios de las Crónicas, como Ramiro I había construido "Los palacios ricos y muy celebrados en nuestras Historias que el Rey D. Ramiro también labró aqui cabe estas dos Iglesias, están por tierra, solo quedan los rastros dellos. Asi se parece bien quanto mas cuidado ponia el Rey y mandaba poner en labrar los Templos, que no su Casa. Aquellos duran enteros y con buena firmeza, y está la casa ya caída.", proporcionándonos valioso testimonio acerca de la existencia de un palacio, o casa, del Rey Ramiro I, en edificio diferente de los dos conservados hoy en día, cuyas ruinas él mismo contempló en su visita.

De hecho, en una fotografía de 1948 perteneciente a la colección Armán, actualmente en el Archivo Municipal de Oviedo y que aquí reproducimos, se aprecian claramente lo que serían, con probabilidad, las ruinas de dos de estos edificios, de técnica constructiva muy semejante -aparentemente un aparejo de sillarejo bastante cuidado-, uno de ellos se sitúa a unos 10 m al NO de Santa María (con orientación que se desvía más de 30 grados al NE respecto a la del pabellón), configurado en un único cuerpo alargado con, al menos, dos crujías de diferente alzado; el otro, situado en linea recta a unos 40 m al O de Santa María, presenta una estructura compacta, de aspecto turriforme, siendo en este lugar donde C. García de Castro halló los restos de cronología -al menos- altomedieval, que reseñamos a continuación.

Concretamente, los restos de uno de estos edificios apareció en las excavaciones realizadas por César García de Castro en la década de los 90 del pasado s. XX en Naranco, al SO de Santa María, consistiendo en una estructura turriforme, cuadrangular, con uno de sus lados abierto en gran arco de medio punto. Nosotros lo hemos interpretado, a falta de la imprescindible continuidad de los trabajos arqueológicos, como crujía de articulación de un edificio dispuesto en ángulo recto, con dicha estructura en su centro, según puede observarse, todo ello, en las ilustraciones adjuntas.